Presentándose como parte de la Muestra Internacional de Cine 2007, habiéndo sido ganadora del Festival Internacional de San Sebastián 2006, y siendo su director el genial responsable de "Las Tortugas pueden Volar", en verdad uno estaría esperando un mejor producto fílmico.
Media Luna no es una mala película y sin embargo, hay en ella demasiados datos que nos informan que Bahaman Ghobadi podría haber estado demasiado preocupado por brindarnos un filme que estuviera a la altura del anterior (con el que también, por cierto, había resultado triunfador en San Sebastián durante el 2004). Sin embargo, hay demasiadas coincidencias y fórmulas repetidas que lejos de producir el mismo efecto, no causan sino aburrimiento: trasladar el papel de un simpático niño kurdo que llora todo el tiempo, a un adulto llorón que se queja de manera permanente sin un porqué, no sólo no ayuda a tolerar la tragedia en que los protagonistas se encuentran, sino que en este último filme, a diferencia de lo obtenido con el primero, se raya en lo patético.
El dato de la adivinación brinda magia al niño sin brazos de las tortugas pueden volar, y poesía al filme. En este último, sin embargo, la profesía no es sino un pretexto para la aparición sin sentido de la muerte al final de la trama representada por una bella cantante. Debe hacerse mención de que la tentación constante en la obra por abusar de la metáfora se ve satisfecha en multitud de puntos que no logran en el expectador sino una mueca: así por ejemplo la ocasión en que Mamo se recuesta en el fondo de un hueco cavado en un cementerio, o la aparición de la cantante-muerte que arrastra el féretro (¿la identidad kurda tantas veces enterrada?¿la música misma?).
La idea sin embargo no era mala: Sadam Hussein había prohibido a los kurdos toda expresión de su cultura, entre ellas la música. Cuando el dictador cae, el músico Mamo decide salir de Irán y tratar de regresar de su exilio de toda una vida para dar un concierto en el Kurdistán Iraquí con la compañía de una cantante iraní declarada culpable y sancionada al ostracismo junto con otras mujeres por el sólo hecho de ser mujer y de ser cantante. La necedad de Mamo, sin embargo -una necedad que en todo el filme raya con la arbitrariedad para con sus 11 hijos que le acompañan, y con la estupidez ante lo obviamente peligroso del viaje- termina por perderlos y causar su propia muerte (¿debe entenderse en esta actitud arbitraria de Mamo una metáfora de la sociedad patriarcal, vertical, y profúndamente antidemocrática kurda e iraní? ¿O sólo era un recurso cómico en el filme? (una comicidad bastante absurda tomada directamente de los recursos que a Emir Kusturica le salen no obstante mucho mejor)
Si no me equivoco (y obviamente no estoy nada exento de hacerlo), el jurado de San Sebastián se decidió por lo políticamente correcto y descuidó el fondo argumentativo de la obra.
lunes, noviembre 19, 2007
Media Luna
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario